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‘Ludoinclusión’: mejorando la calidad de vida de escolares con discapacidad intelectual a través del juego
La falta de funcionalidad corporal es un problema frecuente en esta población, provocada por los bajos niveles de actividad física a los que se ven sometidas. Ante este escenario, una iniciativa de vinculación con el medio impulsada desde la Escuela de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud de la Facultad de Ciencias Médicas (Eciades), busca mejorar tales índices en estudiantes de Estación Central mediante una innovadora intervención en donde distintos tipos de juegos se vuelven un método de entrenamiento.
Impactar de manera positiva en las capacidades funcionales de escolares con discapacidad intelectual a través de un programa de ejercicios multicomponente de carácter lúdico y que genere alta adherencia. Ese es el objetivo del proyecto de vinculación con el medio que un equipo multidisciplinario, encabezado por el académico de la carrera de Terapia en Actividad Física y Salud, Claudio Farías Valenzuela, lleva a cabo en el Colegio Diferencial Alameda de Estación Central.
La iniciativa denominada‘Ludo inclusión: programa de juegos motrices multicomponentes para la capacidad funcional para personas con discapacidad intelectual escolarizadas’, logró adjudicarse durante marzo pasado un Fondo VIME 2023 de la Universidad de Santiago, siendo uno de los cuatro proyectos ganadores emanados desde la Facultad de Ciencias Médicas de un total de 94.
Dirigido a estudiantes de entre cinco y veintiséis años, la intervención consiste en que juegos como tirar la cuerda, saltar el saco o el luche son estructurados para utilizarse como un entrenamiento que permita mejorar las capacidades motoras de jóvenes con discapacidad intelectual, quienes, explica el profesor de Eciades, poseen niveles de funcionalidad similares a las de la población mayor de edad. Este tipo de metodologías, agrega, ya ha sido puesta a prueba en este último colectivo, mostrando ser eficiente en la prevención de caídas y en una mejora sustancial en la autonomía.
El equipo está formado por docentes y estudiantes de la carrera de Terapia en Actividad Física y Salud. Además, cuenta, según el académico, “con una nutricionista y un médico que nos ayudarán en realizar diagnósticos específicos como, por ejemplo, analizar el consumo de fármacos, elemento común en cerca del cuarenta por ciento del estudiantado del Colegio Diferencial Alameda, y su impacto en la capacidad funcional”.
Actividad física y prevención
De acuerdo con Farías, quien es magíster en Ciencias del Deporte, la literatura científica indica que, por lo general, las personas con discapacidad no cumplen con los niveles mínimos de actividad física diaria, provocando que sean más susceptibles a desarrollar enfermedades crónicas como obesidad, diabetes tipo dos, patologías cardiovasculares o trastornos causados por el desuso muscular.
“Hay una asociación inversa entre más práctica de actividad física y menos mortalidad, como también la hay entre quienes poseen una mejor capacidad aeróbica y muscular y menores tasas de mortalidad y prevalencia de enfermedades crónicas, indica Farías.
Para el académico, tales condiciones conforman un “círculo vicioso. Menos uso muscular, mas atrofia muscular. Menos participación social, mayores enfermedades crónicas y metabólicas, mortalidad y dependencia prematura. Muchas personas presentan cardiacos, por ejemplo, aquellas que sufren Síndrome de Down. Tenemos mucho que hacer en ese sentido”, siendo esta intervención una iniciativa que puede contribuir a mejorar los niveles de actividad física de las y los estudiantes a quienes va dirigido el proyecto.
El proyecto VIME planteaba en su origen una intervención que duraría doce semanas, no obstante, el convenio entre el equipo de la Usach y el establecimiento educacional se extenderá hasta noviembre de 2023. Durante este proceso, también se recopilará evidencia científica mediante la evaluación pre y post aplicación del programa de entrenamiento “por medio de tecnologías como plataformas de fuerza y contacto o dinamómetros para la cuantificación de la condición física”, detalla el investigador de Eciades.
La intervención que se está ejecutando en el Colegio Diferencial Alameda es la comtinuación de una iniciativa originada en 2018, en la que se han llevado a cabo acciones similares tanto en este como otros establecimientos y agrupaciones, lo que a su vez le ha permitido a Eciades promover la publicación de estudios científicos y el fortalecimiento de la docencia de pregrado. “Estos proyectos permiten la humanización del estudiantado hacia las poblaciones vulnerables de nuestro país, suscitándolos a buscar horizontes en esta área muy poco explorada que necesita más personas interesadas, como también investigación”, explica el académico.
Farías asevera que el proyecto “es emulable en cualquier municipio o establecimiento” esperando así que logre validarse para que se convierta “en un insumo para profesores y profesoras de Educación Física, profesionales de la Kinesiología y quienes trabajan con discapacidad intelectual”.