El miércoles 9 y jueves 10 de octubre serán las II Jornadas de Neurociencias e Inteligencia Artificial 2024 “Conectando mentes: desafíos y oportunidades en IA y Neurociencias”.
Autoridades y académicos se reúnen para nuevos comentarios al borrador sobre normativa de “Sana Convivencia y Protección de la Salud Mental en Campos Clínicos”
La actividad se centró en analizar el documento emitido por la Superintendencia de Educación Superior; en lo que respecta a sus objetivos, estructura y conceptos clave para una mejor elaboración de la normativa.
El 03 de marzo se realizó un trabajo en conjunto entre autoridades y académicos de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile, con el propósito de analizar y discutir el borrador que emitió la SES sobre “Sana Convivencia y Protección de la Salud Mental en Campos Clínicos” para consulta pública. La idea fue poder elaborar comentarios y consejos para la redacción final a la normativa de carácter general.
De esta manera, la sesión contó con la participación de Claudia Solís, directora de Transversalidad de Género, Derechos y Reconocimiento FACIMED; la Vicedecana de Docencia y Extensión, Mónica Osses; los académicos de la Escuela de Medicina, Rodrigo Fuentes y Mauricio Soto; y el académico y coordinador de prácticas de la Escuela de Terapia Ocupacional, Juan Manuel Muñoz.
Asimismo, integró la reunión Maríanelly Salinas, encargada de campos clínicos; Camila Henríquez, abogada del Departamento Jurídico de la Facultad; Johanna Spada, psicóloga de buen trato de postítulo y especialidades médicas; y Tiare Moreno, coordinadora de campos clínicos de la Escuela de Enfermería.
En este contexto, Claudia Solís describió que la comisión trabajadora de la Facultad -que se creó el año 2023- se reunió para este fin con la intención de agregar nuevos comentarios al borrador, sumándose a los que se incluyeron en enero y febrero de este año. Esto, debido a que la SES amplió el plazo de consulta pública hasta el 11 de marzo.
“Lo que hicimos fue revisar la normativa completa y en paralelo las observaciones que hicimos de forma preliminar. A destacar, está la perspectiva de género, que no se observa en profundidad aunque se intente en la norma”, comentó, a causa de que la normativa contempla un lenguaje más bien genérico donde se identifican solo hombres y mujeres.
Otra de las observaciones que identificó el equipo tiene que ver con las relaciones de poder que perpetúa el documento frente a las otras carreras del sector salud. “El borrador nombra una sola carrera de la salud que es medicina, lo que viene a dar cuenta esta relación jerárquica en donde los establecimientos de salud es bastante notorio”. Por tal motivo, los comentarios que se realizaron en este apartado apuntan a que la normativa contemple e integre a todas las carreras profesionales y técnicas del área de la salud.
Una de las innovaciones que viene trabajando la Facultad de Ciencias Médicas es el protocolo que contiene las acciones necesarias en caso de presentarse situaciones de violencia, maltrato y/o acoso en espacios laborales que guarden relación con los campos clínicos en donde tenga convenio la Universidad de Santiago. De esta manera, Solís explicó que “esta iniciativa proviene a solicitud del estudiantado de las escuelas de la Facultad, para poder trabajar en función de prevenir, acoger, investigar y sancionar las situaciones de violencia que viven los estudiantes en los campos clínicos y centros de práctica”.
Por otro lado, Camila Henríquez, del área jurídica de la Facultad, se refirió a la importancia de implementar esta normativa que promueva la sana convivencia y cómo podría impactar la calidad de la formación de los estudiantes de salud, considerando que estos son el futuro de la atención clínica en el país. “La lógica indica que la formación e integración progresiva debe ocurrir en espacios seguros, libres de violencias y discriminaciones arbitrarias, pues de esa forma se colabora con la formación de profesionales que cumplen con los altos estándares de calidad en su desempeño profesional”; lo que garantiza, finalmente, el valor por los derechos humanos sin distinción y poder entablar relaciones laborales respetuosas.
Así, describió Henríquez, se hace urgente tener una normativa de esta naturaleza ya que “vivenciar las experiencias clínicas o prácticas profesionales en espacios inseguros, violentos y donde el maltrato es transversal, genera inseguridad; provoca rechazo a la labor diaria, vulnera la dignidad e integridad física y psicoemocional en las y los estudiantes".
