Tamara Palominos, jefa de Carrera de Terapia Ocupacional “el apoyo de la terapia ocupacional busca encontrar estrategias que permitan sostener la vida cotidiana de las personas con TDAH”

Durante julio se conmemora el día mundial del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), conmemoración que busca generar conciencia sobre la compresión de este trastorno y sus manifestaciones durante las distintas etapas de la vida. 

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo y se caracteriza por dificultades en la atención, la impulsividad y la hiperactividad. En Chile, se habla de que esta es una condición que está presente en alrededor de un 16% de escolares de entre 4 y 11 años y a un 4,5% de adolescentes de entre 12 y 18 años.

Pese a que el origen de este trastorno es desconocido en términos científicos, se estima que tanto factores genéticos como el desarrollo del sistema nervioso central durante la gestación y también las condiciones del medio ambiente podrían propiciarlo.

Dentro de los síntomas que presenta una persona con TDAH están la desorganización y problemas de priorización de tareas, la imposibilidad para administrar el tiempo, dificultad para estar concentrado en una tarea, realizarlas y terminarlas, entre otras, los cuales se pueden presentar durante las distintas etapas de una persona.

Además, es importante destacar que el TDAH no es una enfermedad, sino un trastorno del neurodesarrollo que puede ser manejado con un diagnóstico y con un tratamiento adecuado. Es en este contexto que la jefa de Carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad de Santiago de Chile, Tamara Palominos, nos explica en detalle los alcances de este trastorno, como puede afectar el día a día de quien lo padece y su tratamiento desde la perspectiva de la terapia ocupacional.

En primer lugar, la académica nos explica en que consiste este trastorno, indicando que “es una condición que puede tener cualquier persona de un procesamiento de los pensamientos muy diverso, en donde se tienen muchos pensamientos al mismo tiempo, lo que puede generar dificultades en el día a día, por ejemplo, dificultad para permanecer en una actividad, dificultades para concentrarse, dificultades para organizarse, adquirir hábitos, entre otras cosas”. 

“Esto es algo que no aparece de un momento a otro, sino que es algo que está en nosotros desde que nacemos, sin embargo, hay momentos en nuestra trayectoria vital en los que se puede agudizar”, agrega la experta. 

En cuanto a los tratamientos que se implementan desde la mirada de la Terapia Ocupacional, la jefa de carrera explica que  “el acompañamiento tiene que ver mucho con primero una evaluación situada de la persona que lo requiere, ya que es muy distinto acompañar a las niñeces, a las juventudes, a las adulteces o a las vejeces a la atención divergente, entonces hay evaluaciones que están en relación desde la integración sensorial, como se pueden ir organizando en niñeces intervenciones acordes de estos modelos que le permitan permanecer en la sala de clase, participar de manera satisfactoria en los espacios educativos pero también, hacer ajustes al contexto que permitan y faciliten la vida en la trayectoria educativa”. 

Mientras que “en las juventudes y en las personas adultas también hay un trabajo respecto a la organización de hábitos, rutinas y de identificar momentos del día o días en que uno anda más distraído. En el tratamiento en la vida adulta hay otras cosas que se tienen que ir valorando a la hora de hacer un acompañamiento y ese acompañamiento debe ser situado, centrado en las necesidades de la persona y obviamente centrado en el contexto en el cual esa persona se desempeñe en su vida cotidiana”.

Junto a ello la académica destaca que “el apoyo de terapia ocupacional para encontrar estrategias que permitan sostener la vida cotidiana, concretar proyectos, incorporar hábitos y también tener otras herramientas para gestionar las dificultades que se puedan presentar y no solamente centrarse en las dificultades sino que también en características positivas que tiene la atención divergente como por ejemplo, ser personas muy creativas, ser personas que pueden responder de buena manera a una alta demanda y creo que no es importante solo centrarse solo en lo “negativo” sino que también incorporar lo positivo en la vida de las personas”.

TDAH en adultos

En cuanto a los adultos, se estima que al alrededor de un 2,5% en Chile vive con TDAH, los cuales en muchas ocasiones son diagnosticados con esta condición durante esta etapa de sus vidas. Sobre ello, la magister con mención en intervención psicosocial explica que “es importante hablar de que muchas personas son diagnosticadas durante la adultez porque durante la infancia no presentaron dificultades en el contexto educativo, sin embargo, posteriormente presentan mayores desafíos y ahí es importante recibir apoyos a tiempo, tener personal de las ciencias médicas capacitados y considerar la perspectiva de género ya que está muy documentado de que las mujeres y niñas son menos diagnósticas y por lo tanto hay más mujeres en edad adulta que “presentan” esta condición”.

Agregando que “al presentar otros desafíos como la sostenibilidad de la vida, la gestión de los cuidados que usualmente recaen más en ellas, es que se presentan mayores desafíos en la edad adulta y eso genera alta frustración, dificultades en la autoestima, una sensación de que no se pueden concretar proyectos ni cumplir con las expectativas de la vida adulta”. 

En cuanto a cómo poder identificar si una persona joven o adulta presenta señales de este trastorno, la académica explica que “como joven o como persona adulta creo que está asociado a la ansiedad o a “trastornos de ansiedad”. Esto porque al tener que estar atenta a tantos estímulos y pasar de una tarea a otras sin lograr terminar ninguna tarea, sostenido en el tiempo, genera frustración,  irritabilidad y también “trastornos del ánimo”, entonces si yo tengo todos estos antecedentes, me cuesta permanecer en las tareas, necesito moverme constantemente  y una lluvia de ideas que no puedo gestionar, en donde un pensamiento se sobrepone por sobre otro, son esos factores que pueden llevar a uno a decir “quizás necesito una evaluación”. 

Finalmente, en cuanto a las acciones para aborda el TDAH, la jefa de carrera explica que “cuando nos evaluamos, vinculamos estas evaluaciones a un tratamiento farmacológico y no siempre es necesariamente así. Efectivamente, hay fármacos que nos pueden ayudar en nuestra vida cotidiana, pero también hay otras posibilidades como acompañamiento psicológico e identificar si eso generó una afectación a mi identidad, sensación de fracaso, autoestima, etc. y abordarlo desde esa perspectiva”. 

 

 

Jueves, Julio 24, 2025